Todos hemos estado aquí antes. El sentimiento de duda en uno mismo, incertidumbre, miedo, dolor, confusión. Un minuto estaba emocionado de ser el peleador más grande del mundo. El siguiente minuto, me estaba pregunta si es que el boxeo siquiera lo correcto para mí.
Me rinde en mí mismo miles de veces. Odiaba mi jab, odiaba mi juego de pies, incluso odiaba mi propio estilo de boxeo. Perdí toda la confianza en mis habilidades. El deporte del cual me había enamorado se había convertido en mi mayor enemigo. Estaba permanentemente retirado del boxeo cuando una luz brillo al final del túnel.
Resulta que: la derrota pueda ser la mejor cosa que te haya pasado. HECHO: muchas personas en realidad alcanzaron gran éxito DESPUES de la derrota.
Así es como yo alcance la derrota absoluta después de 6 meses de boxear…
1. Emoción
Empezando en el boxeo, viviendo la fantasía…
Tendría que decir que toda derrota comienza con emoción. Tienes que estar emocionado sobre algo para realmente “fallar” en eso.
Mi primer día de boxeo fue uno de los días más emocionantes de mi vida. Ni siquiera había puesto un pie en el gimnasio y ya estaba pensando, “Hombre, Todos van a estar asombrados de mi poder natural!” había visto demasiadas películas de Rocky y visto demasiadas peleas. Nunca había boxeado antes pero ciertamente no me consideraba un principiante. En mi mente, estaba solo a unos meses de golpear y moverme como Mike Tyson.
El primer día de entrenamiento no habría podido salir mejor. Fui capaz de seguir todas las instrucciones de mi entrenador con forma perfecta. El jab, el cross, los ganchos, uppercuts, todo el juego de pies. Mi entrenador dijo que mi técnica era perfecta, y mi poder y mi velocidad INCREIBLES. Considerando que otros peleadores más experimentados me estaban observando, yo resultaba ser tan bueno como había imaginado.
No podía esperar para volver el siguiente día. No podía esperar para comprarme mis propios guantes. Yo ansiosamente acepte mi nueva identidad como un boxeador. No cualquier boxeador, sino un de los más grandes de todos los tiempos.
2. Darse Cuenta
Perder peleas, ser avergonzado, darse cuenta de que no eres tan bueno como pensaste…
Todos son vueltos humildes en algún punto en el boxeo. A veces pasa cuando eres golpeado por algún entrenador mayor, o incluso más embarazoso – que te golpee una mujer. Mi momento de volverme humilde vino a manos de Rigoberto, un peleador de peso mediano de 20 años. Él era primo de un de los profesionales en el gimnasio y fácilmente me llevaba unos 15 a 20 libras. Pero aun así, yo supuse que las posibilidades estaban a mi favor. No era que lo veía como algún tipo de oponente discapacitado, es solo que estaba desilusionado de pensar que era mejor que él. Esta es la razón por la que la gente te dice que el ego puede ser la cosa más peligrosa para el hombre.
El primer round empezó conmigo controlando el centro y pujando el ritmo. Yo camine hacia él y tire múltiples combinaciones de todos los ángulos. No acerté todo pero si conecte algunos y definitivamente yo era un peleador más agresivo. El parecía estar confundido por mi velocidad así que le di más de ella. Mientras más pasivo él se ponía, más confiado yo estaba. Y mientras más golpes conectaban, mi confianza había crecido como un globo enorme de aire caliente.
En ese segundo round, el globo gigante de aire caliente se había reventado. El me dejo que lo persiga a las cuerdas donde jalo su cabeza ligeramente de mi derechazo y volvió con un enorme derechazo de contragolpe. Cuando tire el jab, el tiro el jab con más fuerza. Cuando bloqueaba su jab, su derechazo vino por fuera de mi guardia. Cuando intentaba bloquear sus jabs y derechazos, su izquierda golpeaba mis costillas. En cierto punto, el giro debajo de mi gancho y tiro un derechazo corto directa a mi estómago. Mi cuerpo se tambaleo en dolor y yo sentí que iba a vomitar.
No recordaba que la película Rocky fuera tan dolorosa. Ya no quería ser Rocky; quería protegerme a mí mismo. Me acobarde en miedo mientras que Rigoberto se deslizaba a la derecha e izquierda y rodaba debajo de mis contragolpes. Ganchos mortales y crosses me castigaban por cada jab fallado. Cualquier superficie expuesta en mi cabeza era encontrada de inmediato. Mis guantes hicieron un paraguas terrible en prevenir sus golpes lloviendo sobre mí.
Mi entrenador había visto suficiente y paro la pelea. Me quito el protector de cabeza y me dijo que me enfriara. No me dijo si lo hice bien o mal. No dijo “buen intento”. Todo lo que oí fue “acabaste”. Muchas personas estaban viendo estaba pelea de sparring; en asombro de mi pelea perdida (muchos de ellos, fans de mis batallas previas). Mi hermano menor estaba ahí para verme castigar a este dragón mexicano gigante, pero en vez, me vio parar en el segundo.
Y justo así, mi ego se vino al suelo como un jet en llamas.
3. Fatiga
Cansarse de boxear, mentalmente y físicamente…
Comencé a cansarme del boxeo. No sé si fue mental o físico al principio, pero termino siendo ambos. Mi cuerpo estaba recibiendo quejosas lesiones. Mis hombros siempre eran los primeros en cansarse y mi espalda baja estaba rígida. Siempre me sentía discapacitado durante los sparrings; siempre sintiendo que podría haber ganado la pelea si solo hubiera estado 100% sano. No era solo que ya no me presentaba en el gimnasio 100% listo físicamente, nunca estaba 100% listo mentalmente tampoco.
Todo me molestaba. Los guantes no se sentían bien, el protector de cabeza siempre estaba suelto. Mis vendas de manos y mis cordones de zapatillas siempre se soltaban. Juraría que el universo había conspirado para darme dolor de estómago y calambres en la pantorrilla antes de cada uno de mis sparrings. A pesar de que aún era uno de los peleadores que trabajaban más duro en el gimnasio, ya no estaba emocionado con el boxeo. Entrenaba porque tenía que hacerlo, no porque quería hacerlo. A veces cuando perdía cuenta de mis ejercicios de abdominales, simplemente redondeaba el número y terminaba.
Sparring por la primera vez en mi vida, comenzaba a sentirse doloroso.
4. Inseguridad
Dudas en uno mismo, confianza dañada…
En secreto odiaba todo sobre mi estilo. Mi jab siempre agotaba mi brazo izquierdo. Mi movimiento de cabeza nunca era lo suficientemente rápido. Siempre tenía la peor resistencia y ODIABA ODIABA ODIABA cuando alguien deslizaba mi jab.
- Cuando los oponentes deslizaban mis golpes, sentía que era muy lento
- Cuando mis oponentes me dañaban con un golpe, sentía que no tenía mentón.
- Cuando mis oponentes trabajaban más duro que yo en el ring, sentía que no tenía resistencia.
- Cuando mis oponentes se comían mis golpes y tiraban contragolpes, sentía que no tenía poder.
Quizás no estaba hecho para ser un boxeador. Quizás nunca seré grande porque no tengo talento natural o genes atléticos. Mientras más entreno, peor me siento conmigo mismo. Quizás el boxeo simplemente no sea para mí.
5. Renunciar
Progreso lento, no mejorar, faltar al entrenamiento…
No importaba cuan duro entrenara, simplemente no podía mejorar! Mientras más duro intentaba, más duro fallaba. Todo salía bien en la práctica pero nunca en sparring. Seguí cometiendo los mismos tontos errores, siendo conectado por los mismos golpes, y golpeado por las mismas personas.
Mi paciencia se quebró cuando vi a principiantes ponerse mejores que yo. Realmente dolió ver a otros principiantes aprender cosas tan naturalmente sin que se les enseñe. Tenían tan gran balance y resistencia incluso con tan poco entrenamiento! Llegue a un punto en que ni siquiera quería estar en el mismo ring que estos “principiantes”.
Empecé a faltar a los entrenamientos en días y luego semanas. No era lo suficientemente hombre para admitirme a mí mismo que había renunciado al boxeo. Simplemente ponía excusas a mí mismo, que estaba muy ocupado. Escuela, trabajo, amigos, vida. Todo tipo de cosas se ponen en el medio cuando estas evitando algo a propósito.
La derrota más grande de todas
es nunca admitirte a ti mismo que has fallado.
La derrota en el principio (de la grandeza), no el final.
Pensé que rendirme me mandaría a la oscuridad por siempre. Que nunca alcanzaría de nuevo mi grandeza al comienzo, que nunca viviría a las grandes expectativas que tenía para mí mismo. Pero en realidad, me di cuenta de lo opuesto.
Hay una luz al final del túnel. Y si caminas hacia la luz, encontraras un nuevo sol… y un nuevo mundo, y una nueva vida. Comienzas a darte cuenta de que rendirte no es el final. En realidad, es el comienzo… de un nuevo tú.
Eso es lo que el éxito en realidad es: crear todo un nuevo tú, UNA y OTRA y OTRA y OTRA un millón de veces. Y no puedes realmente hacer un nuevo tu hasta que renuncies y te rindas en tu yo antiguo. Porque la verdad es, que para empezar nunca fuiste tan bueno. Y lleva el darse cuenta de saber cuan apestoso en realidad eres para poder crecer más allá de ello.
Tienes que darte cuenta de cuan terrible eres,
para crecer más allá de ello.
La derrota fue una de las mejores cosas que me han podido pasar. Volví un mes después con una meta más clara, mejorar en el boxeo por mí mismo. Me dejo de importar vencer a otros, o tener los golpes más duros, o ser el que hace más abdominales. Todo lo que hice fue escuchar a mi entrenador y trabajar. Sin quejas, sin juzgarme, sin ego. Reaprendí todas mis técnicas de boxeo y me convertí en uno de los mejores peleadores del gimnasio en menos de diez semanas.
Así que adelante: enójate Y RENUNCIA. Ríndete en ti mismo. Luego vuelve y has todo correcto, y ten éxito más allá de tu imaginación. Me he rendido tantas veces en mí mismo como para saber que la forma en la que me siento ya no importa. Lo que importa es mi técnica, mi entrenamiento, y mi estrategia. En mis peores días, me digo a mi mismo, “eres un pedazo de mierda” y luego vuelvo al trabajo.
Ahora es tu turno. Cuantas veces ya te has rendido?
Lee las otras partes de esta serie:
Yesi
Jhonny todo lo que haces es un excelente trabajo,te agradezco por tus guias,unas me han servido de mucha ayuda,pero tengo un problemita y quería unos consejos tuyos!!
Ayer estuve leyendo esta guía «lidiar con él fracaso» y hoy tuve una pelea (sparring),entre al ring con nervios como inseguro,la verdad para mi me fue remal,durante la pelea y después lo único que pasaba en mi cabeza era «no sirvo para esto»,»soy de lo peor»,»entreno para que»,»me rindo»,etc
Estoy desanimado,confuso,con ganas de no seguir, de retirarme… Que hago!!!
Alexander
Descansa la mente y no le des tantas vueltas… Te contaré algo que me sucuaio cuando llevaba 4 meses boxeando.
A los 2 meses y pico, tuve mi primer sparring con un chico de mi nivel, misma estatura y edad… Le gane en el round 1 (no quizo salir de su esquina para el 2), me sentía el mejor, la verdad con esa victoria me sentía como muhammad Ali. Luego a la semana y media tuve mi 2 sparring, pero con un chico que llevaba más de un año de boxeo!!! Era más alto, tenía más edad y era superior a mi en todo, le aguante 2 rounds pero mi cuerpo no daba más… Luego de eso me di cuenta que siempre hay alguien mejor porque está entrenando mejor, y me propuse superar mi límite. (Darme cuenta de esto fue difícil puesto que los moretones me recordaban a diario la paliza que me dieron y falte al club aprox 1 mes)